martes, 5 de abril de 2022

Cómo responsabilizarte de tus propios orgasmos puede revolucionar tu vida sexual

En el sexo no existen los trucos mágicos ni una fórmula secreta infalible. Cada persona es diferente y las relaciones sexuales son diferentes con cada persona. La única fórmula infalible que existe es la comunicación. Pero para que exista una buena comunicación, es imprescindible que te conozcas y estés conectadx con tu sexualidad. 


rawpixel.com - www.freepik.es



La otra persona no es adivina, y nadie nace sabiendo. Pero para que exista una comunicación efectiva, primero debemos conocernos a nosotrxs mismxs. Para ello, es esencial conocer tu cuerpo y lo que te gusta, y una forma ideal de averiguarlo es la masturbación.


Sobre todo las mujeres, tenemos encima de nuestra sexualidad el peso de la sociedad: desde pequeñas se nos ha enseñado que es normal que los hombres se masturben, pero nosotras no. Se ha relacionado la sexualidad femenina con las palabras “puta”, “guarra”, así como con palabras como “monja”, “estrecha”, “malfollada”, entre muchas otras. Todo esto, seamos conscientes o no, recae sobre nosotras y repercute en nuestra vida sexual. 


No son pocas las mujeres que siguen sintiendo cierta “culpa” o “vergüenza” al masturbarse o mantener relaciones sexuales, y eso, definitivamente afecta a la capacidad de llegar al orgasmo, y es que en muchas ocasiones tú misma lo estás bloqueando de manera subsconsciente. 


Por otro lado, muchos hombres sienten presión durante las relaciones porque les preocupa eyacular demasiado rápido, lo que en muchas ocasiones deriva en que se encuentren en tensión durante todo el encuentro sexual, lo cual les impide disfrutarlo al máximo. En este sentido la comunicación también es esencial. Es importante recordar que el orgasmo no indica el fin de la relación sexual, al igual que la penetración no indica su inicio. Existen muchas otras formas de continuar el encuentro, sin que la penetración deba ser parte de ello. Algunos ejemplos son la masturbación, el sexo oral o incluso el uso de juguetes sexuales. ¡Las posibilidades son muy variadas! 


El objetivo de responsabilizarte de tus propios orgasmos no es quitarle a la otra persona la responsabilidad, ya que la sigue teniendo. Se trata de dejar de poner el foco en la otra persona, dejar de esperar a que la otra persona consiga por arte de magia que llegues al orgasmo, y tomar tú las riendas de tu vida sexual. 


Para ello, es esencial que trabajes tu relación con tu cuerpo y tu sexualidad, y que te comuniques con la otra persona. Si algo no te gusta, dilo. Si te gusta más de otra forma, dilo. Lo más seguro es que la otra persona te lo agradezca. No puede existir una relación sexual satisfactoria para ambas personas si no existe una buena comunicación, basada en la confianza mutua. 


Si en un principio sientes que no eres capaz de comunicarlo, ya sea porque te da vergüenza o porque en el momento te sientes demasiado vulnerable, una buena opción es plantearlo como una especie de juego, en el que, por ejemplo, una de las dos personas da órdenes a la otra sobre lo que tiene que hacer; o incluso puedes comunicarte de forma no verbal, por ejemplo, dando un apretón de manos o un toque a la otra persona si lo está haciendo bien. Otra opción también podría ser utilizar palabras en clave para “bien” o para “mal”. Hay muchísimas opciones, lo importante es encontrar una manera de comunicarte con la que te sientas cómodx. 


Como ya te imaginarás, fingir un orgasmo tampoco es una buena opción. Aunque creas que puede ser incómodo no hacerlo, la realidad es que fingiendo te haces flaco favor a ti mismx, ya que probablemente no has quedado satisfechx del todo, y a la otra persona, que pensará que lo ha hecho genial, cuando no ha sido así. Es decir, nadie sale ganando. 


¡Ojo! Tampoco debes olvidar que el orgasmo NO es esencial ni un requisito para que una relación sexual sea satisfactoria o placentera. Si te centras únicamente en eso, lo más probable es que afecte negativamente al encuentro sexual para ambas personas, y que lo acabes bloqueando. 


Cada persona y cada relación sexual es diferente, por lo que lo mejor es que te relajes e intentes disfrutar de cada momento, sin estar esperando nada.




Por Marina Pardo

No hay comentarios:

Publicar un comentario