jueves, 20 de enero de 2022

¿Un clavo saca a otro clavo?

Este es el típico comentario que decimos cuando alguien de nuestro entorno sufre un desamor. Viene a decir que, tras la ruptura, lo mejor para olvidarnos de esa persona es buscarnos a otra. Pero, ¿hasta qué punto esto es una práctica sana?

Realmente este proceso se identifica como ‘relación liana’, ¿qué significa? Pues bien, básicamente hace referencia al hecho de no dejar un tiempo de ‘oxigenación’ entre una relación y otra.

La base de este tipo de relaciones es ir encadenando, como hacía Tarzán en la jungla, una liana con otra. No salir de una relación anterior para meterse en otra distinta. 

¿Y para qué usaba Tarzán las lianas? Para no caerse. Del mismo modo evitamos ‘caernos’ y sentir el dolor tras una ruptura.


Normalmente cuando existe una dificultad para gestionar la pena emocional que ha provocado la separación, se tiende a buscar otra relación y así desconectar de nuestros sentimientos. Realmente, muchas veces esa emoción es necesaria para recomponerse y poder avanzar hacia una futura relación estable con otra persona, además del autoaprendizaje que supone.

¿Un clavo saca a otro clavo?

Este tipo de comportamiento puede ir derivado de una sensación de dependencia hacia los demás, la cual se llena únicamente estando en pareja. 

De acuerdo al psicólogo Vicente Garrido, en su libro titulado “Cómo sobrevivir a una ruptura”, quienes viven en relaciones liana lo hacen porque sienten carencias, es decir, algo que les falta y creen que con una nueva persona en su vida podrá llenar ese vacío. Estos pensamientos suelen ir acompañados de una baja autoestima por lo que necesitamos sentirnos queridos por alguien. 

Si bien es cierto que no existe un tiempo estipulado que uno deba dejar pasar para iniciar una nueva relación afectiva, tenemos que dejar claro que: un clavo nunca sacará otro clavo. Nadie merece tampoco ser ese ‘salvavidas’ que debe ayudarnos a no lidiar con nuestras emociones.

¿Cómo lo evitamos? 

Una recomendación para no caer en este tipo de círculo vicioso, es hacer un autoanálisis, es decir, identificar nuestras emociones y luego de la ruptura en sí. Analizar si se tiene miedo a la soledad o si es un mecanismo de supervivencia. Esto ayudará a descubrir el origen o el problema que subyace.

Después de una ruptura es normal tener pensamientos de rechazo a la soledad. Sin embargo, a veces es la única solución para sanar nuestro corazón roto. Puedes lidiar con ese dolor y poco a poco retomar el control de tu vida.


Hecho por: Irene M. Chinea

No hay comentarios:

Publicar un comentario