Las emociones son reacciones a estímulos involuntarias, quiere decir que no las podemos controlar, sin embargo, sí las podemos canalizar.
Tenemos muchas vivencias día a día y son tantos los estímulos a los que estamos sometidos que no es extraño que las emociones terminen acumulándose hasta que, finalmente, explotan.
Como mecanismo de defensa ante esta saturación emocional existe la 'técnica del bombeo' cuya finalidad es canalizar nuestras emociones. Consiste en trabajar las emociones, en prestar atención a los esquemas mentales, liberar lo que no nos es útil y entonces, dejar espacio para que entre el bienestar.
El principal objetivo de la técnica del bombeo es deshacerte de los sentimientos desagradables que entorpecen tu equilibrio emocional, generando en su lugar un estado de calma interior y serenidad que te ayude a afrontar mejor los desafíos cotidianos.
Guía de la técnica del bombeo.
Lo primero que debes hacer antes de practicarla es situarte en un espacio donde te sientas cómodo, que alejes cualquier tipo de distracción y asegúrate de que vas a estar los próximos minutos en calma.
Asociación libre de ideas, imágenes y emociones: intenta evocar libremente todos los pensamientos y emociones en torno a un tema y al estimularlo harás una búsqueda de pensamientos simbólicos.
Análisis: ahora deja la asociación libre e intenta encontrar las posibles causas y explicaciones del desajuste, reconstruyendo una nueva visión del problema.
Compresión de la carga cognitivo-emocional: esta fase constituye el “corazón del bombeo”, recoges todas las ideas, imágenes, moldes y emociones negativas que quieres modificar y mientras aspiras profundamente, manteniendo este paquete ideo-emocional, aguantas el proceso de aspiración.
Descompresión-relajación: mientras espiras y te relajas muscularmente, visualizas cómo tu cuerpo desciende de ese estado de tensión y suavemente vas notando ese alivio corporal. Las fases 3 y 4 se repiten hasta que te sientas libre de estos pensamientos negativos.
Carga de ideas y emociones positivas: una vez hayas alcanzado la relajación necesaria, intenta visualizar pensamientos positivos en forma de haz de luz que recorre tu cuerpo. Una vez lograda esa visualización, te infundes a ti mismo ideas de paz, de alegría, de fuerza, de motivación.
Meditación de dominio: contemplar tu propia respiración, los propios sentimientos, tus emociones, pero sobre todo la sensación de bienestar.
Suele decirse que la ley básica del universo responde a un principio: la energía no se crea ni se destruye, se transforma. Esta frase fue formulada en realidad por Antoine Lavoisier, y aunque se aplique al campo de la termodinámica, también nos es útil en el mundo de las emociones.
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