¿Está mal sentirse atraído por otra persona estando en pareja?

Es posible que a veces confundamos las ideas preconcebidas del amor romántico  y creamos que todo el mundo debe acatar la normalidad de la monogamia ya que esta es la práctica que mayormente se extiende en el mundo de las relaciones. Sin embargo, cada vez son más las parejas que se abren a conocer otro tipo de relaciones como el poliamor o las relaciones abiertas. Y es que el deseo sexual forma parte de la condición humana. 

La psicóloga Leticia Galeón explica para la revista GQ España que el deseo es algo natural e incontrolable y que hoy en día vivir el deseo como algo negativo está muy interiorizado en nuestra sociedad: “Desde hace siglos, donde tanto el deseante como el deseado eran objeto de juicios morales, muchas veces atribuibles a los preceptos religiosos”. 

“Venimos de una religión en la que se premia la monogamia, y en base a ello se han formado muchas reglas morales”.

Sentir atracción por alguien está muy ligado a la química, y por lo tanto, es algo que no está dentro de nuestro control. Dicha atracción tiene más que ver con la bioquímica del amor, es decir, la revolución hormonal y de neurotransmisores que se da cuando nos sentimos atraídos por otra persona, sin tener nosotros mismos control sobre dicha revolución. El debate entra cuando dentro de una pareja monógama existe este tipo de ‘revoluciones’, concretamente cuando una de las partes empieza a sentirse atraído sexualmente por otra persona. 


poliamor, relación abierta, infidelidad


La psicóloga Ciara Molina explica en su libro “Sexo sentido, sexo vivido” que el deseo tiene que ver con la atracción física y sexual que tengamos hacia otra persona, en cambio el amor tiene que ver con desear el bien para el otro, independientemente de que esté con nosotros o no. Por tanto, podemos amar a alguien y sentirnos atraídos sexualmente por un tercero, no es incompatible. El amor va junto con la intimidad, el compromiso y la pasión, lo que llamamos el amor consumado propio de una relación formalizada, no tanto con el fervor del deseo momentáneo que podemos sentir en ciertas ocasiones. 

Una de las cosas que explica la sexólaga es que sentirse atraído sexualmente hacia otra persona es muy distinto a cruzar el límite de lo físico y consumar ese deseo. Dicho lo cual, se consideraría una infidelidad. Lo importante en la relación es la lealtad, es decir, que se respeten los acuerdos a los que se ha llegado como pareja. Cada pareja debe establecer sus propias reglas y sus límites.

“Esta concepción de sentirnos atraídos por alguien como algo terrible está ligada a la creencia de que se debe a que no queremos lo suficiente a nuestra pareja, que algo falla o que somos malísimas personas, cuando es algo natural”, apunta Leticia.



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Hecho por: Irene M. Chinea

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