El pasado 12 de octubre en Zaragoza, a las 21:05 exactas, comenzaba en el Pabellón Príncipe Felipe un espectáculo de sonidos, coreografía, humo y confeti: la gira de Bad Gyal había llegado a la ciudad de Zaragoza “para darle candela”.
Numerosas sillas en la pista y un escenario adornado con altavoces gigantes daban la bienvenida a lxs asistentes del concierto; gente corriendo al baño, para no perderse ni un minuto de la artista al comenzar el espectáculo, y abrazos de encuentro.
Las luces del pabellón dejaban ver tops cortos y pendientes grandes, purpurina y maquillaje extravagante, pantalones anchos y deportivas, merchandising de la propia Bad Gyal… El público se convertía en una completa oda a la artista y a su estilo, incluso antes de comenzar su show.
Y, de pronto, estas luces dejaron de iluminar a lxs fans para ceder el foco principal al escenario. Con imágenes proyectadas en la pantalla tras el DJ, justo entre esos dos grandes altavoces, comenzaron a sonar sirenas. Y esta fue la señal de entrada para las cuatro bailarinas que acompañarían a la artista durante todo el show.
Ondeando cuatro banderas marcaron el prefacio del espectáculo hasta que, por fin, apareció la denominada “queen of dancehall” entre ambos altavoces. Vestida con un conjunto deslumbrante dorado y sus habituales calentadores con flecos a juego, alzó la voz del público solamente con su presencia.
Fueron cosa de 30 segundos, en los que lxs fans se volvieron locos aclamando a la única e irrepetible Bad Gyal mientras esta se mantenía inmóvil recibiendo vítores, aplausos y, sin duda, mucha admiración.
Entonces comenzaron a sonar las primeras notas de la base de su canción Pussy y empezó la fiesta para el público zaragozano.
Entre movimientos de manos y los gritos al son de sus canciones, Bad Gyal deleitó al público con un auténtico espectáculo lleno de dinamismo. La artista no dejó de bailar en ningún momento, así como de moverse de una tarima a otra en el escenario; todo ello acompañado de múltiples focos, efectos de humo, confeti y unos ventiladores que daban el toque final de auténtica diva a la barcelonesa.
Lxs fans pudieron disfrutar de un gran abanico de canciones, incluyendo varios de los temas de su último disco “Warm Up”, como son Iconic, 44, Gasto o Judas. Aunque también prestó atención a sus temas más antiguos, añadiendo canciones como Candela, Internationally, Open the Door o Jacaranda. Y, por supuesto, las archiconocidas Zorra y Santa María.
Aquí os dejamos una playlist de todas sus canciones:
.Tal y como prometió al principio de su setlist, su concierto era nada más y nada menos que una auténtica fiesta. Sino que se lo digan a las primeras filas, que fueron rociadas con champán durante Slim.
Pese a que lxs asistentes permanecieron en sus asientos la mayoría del show, siguiendo el protocolo Covid, esto cambió con su última canción.
Comenzó a sonar Fiebre, su tema más conocido, y el público enloqueció. No hubo ni un solo momento de silencio por parte de lxs fans, que gritaban palabra por palabra de la letra. Es entonces cuando se comenzó a levantar la gente, pero siempre en su sitio y respetando las distancias, para disfrutar del último momento de Bad Gyal en el show bailando.
Y, en medio de este momento más que animado, los dos cañones de confeti del escenario dispararon una marea dorada hacia el público para clausurar el espectáculo.
Aún habiéndose despedido, la gente seguía aclamando al grito de “otra” una última canción de Bad Gyal que, aunque no pasó, dejó el tono del espectáculo de aquella noche más claro que el agua: Bad Gyal solo hay una.
Por Julia Cortés
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